AÑO DE POSIBILIDADES

Año de posibilidades. Bienvenido 2021. Y el año viejo se acaba. Ha sido 2020 un año maltratado, vilipendiado, insultado. He visto en los últimos días, despedidas crueles y desmesuradas. Sorprendido por personas que no pensaría bajo ningún concepto, tamaño vocablos por su boca. En prensa, en los medios, en la calle, en vecinos, este año es nombrado de forma ignominiosa. Pero, ¿qué culpa tiene un año? Al fin y al cabo solo es el recipiente que se llena con las conductas, acciones y decisiones de los seres humanos. El año nos ofrece sus medidas de tiempo y nuestros actos lo convierten en un tiempo amable u hosco.

TAN SOLO ES UN AÑO

Si. Es una forma de hablar. Porque tan solo es un año. Pero de tanto decirlo su impacto cala, haciendo que la vida hedonista sea la panacea.  El año es un preámbulo de posibilidades, y solo lo enturbia, el egoísmo, el dolor infringido por los psicópatas, más extendidos de lo que pensamos. Por la mentira, y el rechazo de las verdades absolutas. Por estados enfermos de poder y conflictos. Por el engaño, el ego y la dignidad perdida. El año es un periodo que a veces, lejos de usarse bien, se aprovecha para alumbrar las peores intenciones, y afortunadamente, también para sacar de sus 12 meses un buen aprendizaje.

Ponte a prueba

VISIONES DIFERENTES

Año de posibilidades, porque la visión de las cosas varias según la contemplación de las mismas. Hacemos los planes por como somos, y eso nos lleva a actuar como actuamos. Si nos dejamos llevar, sin ninguna reflexión personal, por esta corriente de transmisión negativa, dedicando tiempo y palabras a maldecir el año finalizado, vamos coloreando el año que empieza de una patina grisácea. Pero son las contrariedades las que provocan señales que solo algunos pueden ver. Son las dificultades las que provocaron el nacimiento de personalidades como Winston Churchill  o Steve Jobs.

Mejorando

AÑO DE MEJORAS

Año de mejoras si tú quieres que sea así. Porque el reciclado emocional es una de las mayores inversiones personales, de las que nacen muchas otras. Invertir en resiliencia, no solo para recomponerse por lo pasado, sino para afrontar lo que pudiera venir y variar su influencia emocional. Y no solo es la práctica de las emociones positivas como la generosidad, paciencia, buen humor, aceptación, etc, sino también, en  reconocer las primeras señales de auto complaciencia.  Vemos las caras resignadas mientras repetimos los mismos mantras, o lo que es peor, la expresion facial disociada del contenido de la información. Si seguimos todos el mismo camino, llegaremos al mismo sitio.

Ser más resistentes también consiste en buscar otros horizontes y no ser clones en el sufrimiento. Ni hay que ignorarlo, ni tampoco fomentarlo. El regodeo victimisma es un berbiquí que penetra en las  finas fibras del movimiento, restringiéndolo y almidonándolo. Es la parálisis complaciente.

¿por qué cuesta tanto trabajar en el descubrimiento y desarrollo de nuestras fortalezas?

Es posible que algunas respuestas vengan, porque hayamos dejado de cuestionar  los estimulos que nos rodean y aceptemos esa inercia creada para adocenar. Tambien debemos pensar si nos cuestionemos a nosotros mismos, nuestras capacidades, nuestras vergüenzas, nuestros hándicaps, nuestra autoestima, o muchas cosas que nos pertenecen, mientras abrazamos aspectos que nos son ajenos o que compartimos sin contrastarlos. Algunos o todos ellos, pueden ser causa de este contagio de pesadumbre, que más allá de la realidad fehaciente de la que nace, no excluye la capacidad adaptativa de afrontarla.

Resiliencia

DISPUESTOS PARA SER MAS RESILIENTES

Año de posibilidades en fortalecimiento personal, para desnudarse de esquemas mentales adictos al sufrimiento,  para buscar creatividad en la resolución de problemas, y para volver a las verdaderas prioridades humanas y psicológicas.

También hay que añadir responsabilidad, con el problema de la pandemia y con nosotros mismo. Cuidarse física y psíquicamente. Atender al que necesita ayuda. Reforzar nuestros puntos fuertes, aunque gocemos de buena salud. Fomentar comportamientos y hábitos saludables. Dejar de autocastigarnos para autorecompensarnos. Meditar. Imaginar escenas agradables. Recuperar actividades placenteras.  Dedicar más tiempo a los que queremos (familia, amigos). La lectura de textos que rezumen pasión, alegría, vitalidad. Ver las dificultades como enseñanza. Dedicarnos a disfrutar de las pequeñas cosas. Si hemos perdido la posibilidad de disfrutar de alguna, dediquemos tiempo a dar la posibilidad de reencontrarnos con otras. A pesar de todo, depende de nosotros que sea este año, un año de posibilidades.

José Carlos Vázquez Calvo

nº colegiado M-17265